Educación para la Salud en Primer Ciclo
La salud tiene que ser entendida como una manera de vivir, en la que cada persona ha de edificar de manera libre, responsable, feliz y solidaria sus propias opciones para obtener una calidad de vida mejor. Por supuesto en ello va a ser fundamental la adopción, desde la infancia, de determinados estilos de vida y su actuación frente a la prevención de enfermedades.
La educación se inicia antes del nacimiento y acompaña todo el proceso de desarrollo de la persona. El desarrollo del niño/a es un proceso social y culturalmente mediado, esto significa que en su desarrollo intervienen otras personas con las que interactúa y participa, asimilando elementos propios de su cultura y de la comunidad en la que vive. Las diferentes personas con las que comparte su vida actuarán como referencia, y serán las que transmitan estilos de vida saludables o no.
La escuela representa un agente socializador de primer orden, y por tanto tiene como responsabilidad incluir la educación para la salud en su currículo y ayudar al alumnado y a sus familias, a clarificar sus actitudes y a comprender los valores que subyacen en la elección de estilos de vida saludable.
La educación para la salud está presente en el día a día de un centro de educación infantil en el trabajo de aspectos relacionados con la higiene, la prevención de accidentes, la alimentación, …
Teniendo en cuenta, que, a partir de los 3 años, momento en el que los niños y niñas ya han logrado un alto nivel de autonomía respecto a los adultos para satisfacer algunas de sus necesidades, es esencial que en los primeros años de vida. Se ha de potenciar la adquisición de hábitos personales y de convivencia y se ha de fomentar un ambiente saludable, estimulante y rico, tanto en lo referente a la relación de los niños y de las niñas entre ellos como de éstos con los adultos, facilitando los procesos de aprendizaje y previniendo la aparición de problemas en etapas posteriores.
Para que todo esto se lleve a cabo va a ser necesaria la intervención de los agentes de salud, que son todas las personas e instituciones que forman parte de los diferentes contextos en los que interactúa el niño/a, y que, a través de su actuación, voluntaria o involuntaria, inciden en la educación para la salud. Los más importantes en este sentido son: la familia, será en el seno familiar donde el niño o la niña tendrán sus primeros modelos a seguir y las primeras pautas y normas, y debe ser en este entorno donde la adquisición de hábitos y conductas de salud tenga su mayor influencia; la escuela infantil, los niños y niñas acuden cada vez más pronto y están en ellas más tiempo, por lo que una parte de la educación que antes era exclusiva de las familias, actualmente ha pasado a ser compartida por ambas. La tarea de la escuela en la adquisición de hábitos saludables va a ser esencial, pues gran parte de ellos (aprender a comer, adquirir normas de higiene, aprender a compartir, a respetar y a relacionarse) se van a producir en este entorno. La escuela infantil no sólo actuamos sobre los niños y niñas, también ayudamos a los padres y madres a conocer mejor la etapa evolutiva en la que se encuentran sus hijos e hijas, orientándolos sobre pautas de actuación con relación a sus necesidades, y ayudándolos a entender cómo estas evolucionan y, cómo, por lo tanto, también tiene que cambiar sus actuaciones; los servicios de salud, el sistema de salud contempla la promoción de la salud como un reconocimiento la necesidad de la participación de los ciudadanos; los medios de comunicación, en nuestra sociedad han pasado a ser un referente importante para la población. Es necesario que a través de estos medios también se promocione hábitos saludables para la población en general.
Programas de Promoción de Salud:
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